¿Cómo fomentar una cultura adoptiva?


Más que un grupo de interés especial

La Iglesia es el cuerpo transnacional y transgeneracional de Cristo, redimido en todos los tiempos. Pero la iglesia se expresa hoy en reuniones locales y tangibles de creyentes en cooperación unos con otros. Cuando digo «iglesia», me refiero principalmente a cómo vivimos nuestras vidas juntos en estos pequeños centros del reino de Cristo.

Me temo que algunas personas piensen que programáticamente me refiero a la Iglesia como una serie de iniciativas. En el caso de adopción, los programas y estrategias son parte del requisito. Pero es mucho más importante que la cultura más «variante especial» para lograr la presencia de Cristo. Se trata de crear una cultura de adopción. En muchos sentidos, esto es más evidente en las miles de conversaciones en el salón, las cenas comunitarias alrededor de las mesas comunitarias y en la predicación del evangelio que en nuevas iniciativas, programas y planes.

Debemos reconocer que la adopción no es un problema para las familias cristianas individuales.

Lo más importante es que debemos reconocer que la adopción no es un problema para las familias cristianas individuales. No existe una «familia cristiana» abstracta en la Iglesia. Tampoco es un problema para ningún grupo de interés especial dentro de la iglesia: los «adoptistas» que compiten con los «educadores en el hogar» que compiten con las «personas de alivio de la deuda del mundo en desarrollo», etc.

La adopción puede ser una prioridad para todos en la iglesia de una manera que refleje la diversidad y la unidad de una iglesia que es un cuerpo con muchos miembros. La adopción puede ser parte de la vida de nuestra iglesia, dando pleno reconocimiento a los diferentes dones y llamados que cada cristiano tiene dentro de la Iglesia.

russell moore

En este libro práctico, Moore enfatiza la importancia de la adopción para todos los cristianos y anima a los lectores a tomar la iniciativa de adoptar y apoyar a los huérfanos de nuestra identidad como hijos adoptivos de Dios.

Una comunidad transformada

Si la adopción ha de ser nuestra prioridad, debemos transformar la comunidad local (el ministerio interno de la iglesia) y la visión global (el testimonio externo de la iglesia). De esta manera, nuestras iglesias pueden trabajar con otras comunidades afines para construir un testimonio integral de la vida, la familia, el huérfano y el evangelio.

Cuando adoptamos, y cuando fomentamos una cultura de adopción en nuestras iglesias y comunidades, imaginamos algo real acerca de nuestro Dios. Vemos, como Jesús, lo que hace nuestro Padre y hacemos lo mismo (Juan 5:19). Y resulta que lo que hace nuestro Padre es luchar por los huérfanos, para hacerlos hijos e hijas.

Este artículo fue adaptado de Adoptado de por vida: la prioridad de adopción para las familias e iglesias cristianas por Russell D. Moore.



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