¿Cómo pudo Dios permitir algo como el Holocausto? ¿Por qué permitió Dios el Holocausto?
Podemos abordar las causas del mal en el mundo provocando atrocidades como el Holocausto de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué Dios permitió que sucediera este problema?
A menudo no sabemos realmente por qué Dios permite que ocurra tal maldad. Sin embargo, hay ciertos principios sugeridos en la Biblia que nos ayudarán a enfrentar tragedias como el Holocausto.
Primero, debemos reconocer que los caminos de Dios son más altos que los nuestros. Como dice Isaías 55:8-9, “Ni mis pensamientos, ni vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, dice Jehová. que tus pensamientos».
Segundo, Dios puede permitir el mal sin ser malo. En el primer pecado humano en el Jardín del Edén, Dios permitió que Adán y Eva quebrantaran Su ley, pero eso no hizo a Dios malvado o pecador. Del mismo modo, Dios puede permitir otros males que son mucho más similares al Holocausto, pero ciertamente no se deben a una mala acción de su parte.
Tercero, Dios a menudo usa el mal para sus propósitos soberanos. No todos sabemos cómo usó Dios el Holocausto para su bien supremo, pero al menos parte del plan de Dios se llevó a cabo después del Holocausto. Después de este período, se restableció la nación moderna de Israel, ofreciendo a los judíos una nación después de miles de años de dispersión entre las naciones.
Cuarto, Dios puede permitir que suceda el mal en la historia para enseñarnos lecciones en el presente. Por ejemplo, incluso hoy en día, muchas personas observan los horrores del Holocausto y tratan de encontrar formas de prevenir males similares en la actualidad. En el Antiguo Testamento, los judíos a menudo admiraban la esclavitud judía en Egipto y trataban de vivir de tal manera que tal maldad no volviera a ocurrir en su propia sociedad.
En resumen, no hay una respuesta fácil de por qué Dios permitió el Holocausto. Sin embargo, esto no significa que Dios nos haya dejado sin respuestas. Sus caminos son más elevados que los nuestros, Él puede permitir que el mal no sea malo, Él puede trabajar incluso después del mal para lograr Sus propósitos, y Él puede usar el mal para enseñar lecciones, para enseñar a los que viven hoy. Aquellos que pueden aprender de los males del pasado pueden usar ese conocimiento para hacer una diferencia hoy.
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