¿Cómo puedo perdonar a los que pecan contra mí?
Está claro en la Biblia que debemos perdonar a los que pecan contra nosotros (Mateo 6:12; 18:21-22). Pero, ¿cómo debemos perdonar a los demás?
El Padrenuestro proporciona información sobre esta área. Mateo 6:12 dice: «Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». Primero, oremos por el perdón. Muchas veces no es fácil perdonar a alguien que nos ha hecho daño. Necesitamos el poder de Dios para liberar la amargura o cualquier rencor que podamos tener contra ellos.
Segundo, recuerda el perdón que Dios te ha dado. Cuando recordamos los muchos pecados que Dios ha perdonado en nuestras propias vidas, es más fácil mostrar misericordia a aquellos que nos han agraviado.
Tercero, date cuenta de que el perdón está relacionado con nuestra madurez espiritual. Si queremos crecer en Cristo, debemos estar dispuestos a perdonar a los demás, siguiendo su ejemplo. Él nos perdonó, siendo un ejemplo para nuestras propias vidas.
Cuarto, desde un punto de vista práctico, también es útil darse cuenta de que no perdonar a otra persona nos duele más que a la otra persona. A menudo, la otra persona seguirá adelante en la vida sin preocuparse y usted solo estará pensando en cómo lo lastimó, lo que le permitirá continuar causando problemas en el presente. Tu mejor opción es ofrecer perdón, aunque sea solo en tu mente, permitiéndote enfocarte en áreas nuevas y productivas de la vida en lugar de dejar que los problemas del pasado dicten la vida que Dios quiere que uses para tener una mayor influencia (Filipenses 3:13). -14).
Quinto, una excelente manera de perdonar a alguien que ha pecado contra ti es enfocar tu vida en amar y servir a los demás. Primera de Pedro 4:8 enseña: «Sobre todo, sigan amándose intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre multitud de pecados». Proverbios 10:12 dice: «El odio suscita contiendas, pero el amor cubre todas las ofensas». Una vida de amor es la mejor manera de superar el dolor de las heridas del pasado.
Sexto, en algunos casos puedes sentir la necesidad de alguna forma de reconciliación con alguien que ha pecado contra ti. Con respecto a los conflictos entre creyentes, Mateo 18:15-20 proporciona un patrón para ayudarte. Primero, ve a la persona y resuelve el problema. Si eso no funciona o no es posible o seguro, traiga a otra persona o dos con usted. Tercero, si eso falla, plantee el problema a la comunidad de su iglesia local. Cuarto, si estas acciones no funcionan, entonces no se asocie más con la persona como creyente. Estas acciones pueden ayudar a resolver muchas relaciones cristianas y ayudar con el perdón que pueda ser necesario.
Recuerda, nuestra meta es vivir para Dios, perdonando a los demás como él nos ha perdonado a nosotros. Cuando lo hacemos, confiamos en su fuerza para ayudarnos a perdonar, un poder mucho mayor que nuestra propia capacidad para dejar atrás las heridas del pasado de los demás.
► También te puede interesar...