¿Hay un sentimiento relacionado con la salvación? ¿Qué pasa si no me siento seguro?



La salvación no es un sentimiento, sino un estado en el que una persona ha recibido a Jesucristo como Señor por la fe. Las emociones cambian de un momento a otro, pero Dios no. Como resultado, no debemos determinar nuestra salvación basándonos en nuestras emociones o falta de emociones. La Biblia nos pide que basemos nuestra salvación en lo que Jesús ha hecho por nosotros.

Primero, la muerte y resurrección de Jesucristo es el fundamento de nuestra salvación (Romanos 5:10; Efesios 1:7). Este cambio debe animarnos cuando tenemos dudas sobre nuestra salvación.

Segundo, nuestra salvación comenzó con la fe, no con los sentimientos. Si bien la mayoría de las personas asocian las emociones fuertes con el punto de salvación, este no es un requisito. Efesios 2:8 es claro al decir que somos salvos por gracia mediante la fe. Es esta fe en quién es Cristo y lo que Él ha hecho lo que nos hace salvos, no las emociones que pueden estar involucradas.

Tercero, la Biblia nunca enseña que nos sintamos salvos. En cambio, a menudo se nos enseña que sufriremos persecución (2 Timoteo 3:12). La vida cristiana incluye toda una gama de emociones, desde el gozo hasta el desánimo, tal como lo compartió el apóstol Pablo (2 Corintios 11:24-29). Estos sentimientos no le hicieron dudar de su salvación, pero eran esperados como parte de la vida. Además, Jesús mismo tuvo sentimientos profundos durante su ministerio terrenal. Oró por la muerte de Lázaro (Juan 11), sintió el aguijón de la traición, el sudor de sangre de su angustia en el Huerto de Gesthemane (Lucas 22:44), la frustración de los que no aceptaron sus enseñanzas y el gozo de los que anhelan conocer la vida abundante, tener momentos de descanso con el Padre, experimentar el dolor físico y espiritual, y experimentar la victoria de la resurrección.

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Nuestra cultura orientada a las emociones a menudo nos tienta a asociar nuestros sentimientos con los hechos. Pero la verdad y la emoción no siempre se alinean. La verdad de la salvación ocurre cuando recibimos a Cristo por fe. Esta fe viene de Dios y continúa a lo largo de nuestras vidas. Nuestras emociones cambian en función de una variedad de factores, desde el clima hasta nuestra salud, nivel de estrés y más. Si bien los sentimientos son importantes, no son el factor determinante en la salvación. La verdad de Cristo como Señor y nuestra fe en Él son los factores esenciales. Sin importar nuestros sentimientos actuales, sabemos que nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús (Romanos 8:37-39).

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