Libertad en Cristo – ¿Qué es? ¿Cómo puedo experimentar la verdadera libertad en Cristo?
La libertad es un deseo humano básico, así que esperábamos leer sobre esto en la Biblia. Aunque la Biblia a menudo habla de libertad, a menudo se enfoca en la libertad espiritual que uno puede experimentar en Cristo.
Primero, la libertad en Cristo se ve en contraste con la esclavitud del pecado. Romanos 6:20-23 dice: «Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres desde el punto de vista de la justicia. Pero ¿qué resultado obtuvisteis en aquel tiempo de las cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Pero ahora que sois libres de pecado y sois siervos de Dios, el fruto que recibiréis conduce a santificados, y su fin es la vida eterna; porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva eterna de Dios es vida en Cristo Jesús nuestro Señor.” En otras palabras, el pecado esclaviza a las personas a la muerte espiritual ya una eternidad aparte de Dios. Conocer a Cristo proporciona la libertad del control del pecado y la vida eterna con él.
Segundo, la libertad en Cristo es vista como la única forma verdadera de libertad, porque proporciona una libertad permanente más allá de este mundo. Juan 8:36 dice: «Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres». Ahora conocemos la verdad que nos hace libres como creyentes (Juan 8:32).
Tercero, una persona que ha experimentado la verdadera libertad en Cristo está llamada a vivir como un siervo. Un ejemplo de esto fue el apóstol Pablo, pues muchas de sus cartas comenzaban presentándose como «siervo de Jesucristo» (Romanos 1:1). Somos libres para servir a Cristo. Esto puede parecer una paradoja para el incrédulo, pero la libertad que se encuentra en Cristo le da al creyente deseo vive para Cristo como un siervo. Esta actitud refleja la actitud que Jesús mostró durante su tiempo en la tierra (Juan 13:1-20; Filipenses 2:5-11).
Cuarto, aquellos que encuentran la libertad en Cristo también son niños. Juan 1:12 enseña: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios». Como también señala Gálatas 4, ahora somos hijos y herederos de la herencia de la vida eterna con Cristo para siempre.
Pero esta libertad no significa que el pecado esté completamente eliminado. Pablo habló de su continua lucha con el pecado (Romanos 7:15-20), pero también notó que el pecado ya no lo controlaba (Romanos 6:1-2). Ahora era un hombre que buscaba vivir una vida cambiada debido a su nueva vida en Cristo (Romanos 12:1-2). Esto incluyó romper viejos hábitos y desarrollar nuevos patrones que honrarían a Dios (Efesios 4:22-32).
En resumen, experimentamos la verdadera libertad en Cristo al conocerlo, caminar en sus caminos y enfrentar los cambios que hace en nuestras vidas y a través de nuestras vidas, mientras nos enfocamos en servirlo a él y a los demás. Esa libertad trasciende las libertades humanas necesarias en esta vida, brindando paz en esta vida y libertad con Cristo para siempre.
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