¿Pueden los cristianos estar decepcionados de Dios? ¿Está mal experimentar desilusión con Dios?
La decepción con Dios es un sentimiento difícil. Esto nos lleva a cuestionar el carácter de Dios, Su soberanía, nuestra posición en Cristo, nuestro compromiso con Dios, nuestro valor, el amor de Dios y muchas otras cosas. Cuando estamos decepcionados con Dios, o, más exactamente, con lo que percibimos que Dios está haciendo en nuestras vidas, podemos enojarnos, faltarnos el respeto o simplemente sentirnos derrotados. Podemos comenzar a creer que no tenemos un propósito o que Dios realmente no se preocupa por nosotros como pensábamos. ¿Está mal sentirse así?
Las emociones son una parte normal de la vida humana. Muchos de nosotros estaremos decepcionados de Dios en un momento u otro. Eso no está mal. Sin embargo, tampoco es merecido.
Nuestra decepción con Dios refleja nuestras propias percepciones y expectativas erróneas. Nos decepcionamos cuando lo que queremos que suceda o lo que pensamos que debería suceder no sucede. Pero en realidad, no sabemos lo que nos interesa. No siempre entendemos los caminos de Dios y sus propósitos. Tus caminos no son caminos; Tus pensamientos no son nuestros pensamientos (Isaías 55:8-9).
Entonces, aunque no está mal estar decepcionado de Dios, tampoco es un buen sentimiento. Cuando nos sentimos decepcionados, debemos recordarnos a nosotros mismos el gran amor que Dios tiene por nosotros. Él tiene cosas buenas planeadas para nuestras vidas (Jeremías 29:11; Efesios 2:10; Juan 14:1-3). Dios no nos ha abandonado ni siquiera en sus planes para nuestras vidas. Debemos aprender a ser pacientes, a confiar en que Él vendrá. Es cuando estamos decepcionados de Dios que nuestra fe es más probada. Es entonces cuando elegimos creer en su bondad y esperar en su fidelidad (Salmo 27:14).
► También te puede interesar...