¿Qué significa que las rocas sonarán en Lucas 19:40?
Lucas 19:28-40 habla de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén una semana antes de su crucifixión. Jesús entró en la ciudad montado en un burro, y la multitud lo alabó, poniendo su bandera en el camino delante de él, diciendo: “¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! cielo y gloria en las alturas!» (versículo 38). Los fariseos en la multitud que escuchaban a la gente adorar a Jesús le advirtieron: «Maestro, reprende a tus discípulos» (versículo 39). Los fariseos creían que era una blasfemia que la gente adorara a Jesús. Jesús porque no reconocieron su divinidad.
Jesús les respondió diciendo: «Os digo que si éstos callaren, las piedras llorarían» (Lucas 19:40). ¿Jesús quiso decir que las piedras literalmente escucharían Su alabanza? No requerido. Las piedras o rocas son una forma más proverbial de decir que Jesús es digno de toda alabanza. Como Rey de Reyes, recibirá la alabanza que merece, y si los hombres no lo alaban, las rocas lo harán.
Con esta declaración, Jesús informó a los fariseos que la gente debía animarse a alabarlo, no condenarlo por alabarlo. Si la gente no lo alababa, el resto de su creación podría llenar el vacío de su falta de alabanza. Toda la creación, aun las cosas inanimadas como las rocas, fue hecha para la gloria de Dios (Colosenses 1:6). Su creación como un todo afirma Su alabanza. Los seres humanos están hechos a la imagen de Dios y, por lo tanto, están especialmente equipados para glorificarlo (Génesis 1:27).
Aunque Jesús fue alabado, días después la multitud gritaba al unísono que lo crucificaran (Lucas 23:18-23).
La imagen de rocas llorando en alabanza a Dios es solo una de las muchas imágenes vívidas que encontramos a lo largo de la Biblia alabando la creación de Dios. El Salmo 114:4 dice que «los montes eran como carneros, los collados como corderos» cuando Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto. El Salmo 114:7 dice: «Inclínate, oh tierra, ante el Señor, ante el Dios de Jacob». Dice Isaías 55:12, «Porque con alegría saldréis, y en paz andaréis; los montes y las colinas delante de vosotros estallarán en cánticos, y los árboles del campo batirán palmas». En el Salmo 148, vemos un llamado a todas las cosas creadas para alabar al Señor: los ángeles, el sol, la luna y las estrellas, criaturas del mar, agua, fuego y granizo, nieve y niebla, viento, montañas y colinas, árboles, tierra. animales y pájaros, reyes y gobernantes, todas las personas, niños y niñas, ancianos y niños. Todas las personas y todas las cosas fueron creadas para el placer y la gloria del Creador de todas ellas, el Salmo 150:6 ofrece este culto: «¡Alabado sea el Señor! ¡Alabado sea el Señor!»
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